jueves, 10 de febrero de 2011

GENÉTICA

En varias ocasiones me han dicho o me han recordado el parecido que tengo con mi papá q.e.p.d. Al parecer de sus seis hijos soy el que más cerca está a ese mal genio que él poseía, voy a referirme a esa genetica que me quedó marcada para siempre y para no negar que la ciencia nunca falla, esa herencia biológica y de las leyes que la rigen tal como él las regía conmigo. Muchas veces recriminé sus actos con el desconocimiento y el no saber de dónde provenía aquello que tanto critiqué y que me llevó muchas veces a negar su engendro o genitivo. Mi padre quien lleva casi cinco años de haber fallecido y que son muy pocas las veces o más bien muy contadas las visitas a su tumba, pero no, por no querer sino por la distancia que nos dividía en ese entonces, cuando residía en la ciudad de Bogotá. El cual esto me llevaría a recordar el día que falleció, cuando tuve que viajar en bus y llegar dos horas después que lo habían sepultado en la ciudad de Barranquilla. No sobra decir, ahora que estoy aquí en esta hermosa tierra, donde el llegó hace muchos años desde su santander querido y que adoptó como suyas con ese dialecto costeño que heredamos y el cual fue el origen de muchas palabras que hoy en día hacen recordar a mi padre, cuando me escuchan decir NOJODAAAAAAA. En esta lengua moderna el amor surge hacía padre como aquella frase que dice uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y que lastimosamente toma su significado, cuando sucede. Adiós padre, adiós y gracias por haberme heredado tu genética.